El Ministerio de Igualdad, comandado por la podemita Irene Montero, ha lanzado una campaña navideña en la que aparece un niño jugando a las cocinitas con su padre con el objetivo de «construir una masculinidad más sana».

 «Los hombres del mañana se están preparando desde hoy. Entre todos y todas podemos construir una masculinidad más sana y más corresponsable. Durante estas fiestas recuerda que no hay juegos de niños y juegos de niñas», reza esta iniciativa que viene acompañada de un vídeo en el que aparece un niño observando como su padre le monta una cocina de juguete mientras suena un falso sonido de un motor por detrás.

«¡Mira qué chuli, Roberto! ¿Le vas a cocinar cosas ricas a mamá?», dice una chica que aparece sentada en una mesa con un ordenador junto a padre e hijo, que están sentados en el suelo de la habitación rodeados de juguetes.

Además, en el marco de esta misma campaña, el Ministerio de Igualdad ha sacado otro vídeo en el que aparecen dos niños escuchando como su abuela les lee un cuento. En un momento de dado, la abuela se queda sin aire y dice que no puede seguir y en ese momento los dos chicos le animan a hacerlo mientras le recuerdan que «es la mejor».

 Ambos anuncios culminan con el eslogan: «La masculinidad de hoy, está creando la masculinidad del mañana. Más sana, más corresponsable». Sin embargo, son muchos los que han criticado esta campaña con comentarios como «me alegra ver que lo de siempre es la masculinidad nueva!!! otra cosa son los niños malcriados (eso no tiene género)» o «gracias por este anuncio, no sabía que los nietos podían cuidar de su abuela, ojo cuidado».

Esta gente, ¿puede dejar que los niños y las niñas jueguen con lo que les salga de los cojones, o es que también tienen que imponer hasta con que deben de jugar? 

 Tanto el Ministerio de Igualdad como el de Consumo, dirigido por Alberto Garzón, han iniciado sendas cruzadas en contra de que las niñas utilicen juguetes que tradicionalmente se han asociado con el género femenino como muñecas, cocinitas y, en definitiva, juguetes de color rosa y, lo mismo con los chicos y los juguetes azules y más de acción que, en el imaginario colectivo, se relacionan más con los hombres.

Con este propósito, Garzón ha sacado también una campaña esta Navidad en la proclama que «los juguetes no son, en sí mismos, sexistas: desarrollan los mismos valores, habilidades y capacidades tanto en niños como en niñas».

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