El experto en contrabando de armas del Servicio de Aduanas sueco, Jesper Liedholm, en una entrevista concedida a los medios de comunicación del país expresó su preocupación ante la posibilidad del contrabando de armas más potentes de las que los delincuentes suecos han tenido acceso hasta ahora, y de que prácticamente cualquier tipo de arma proporcionada a Ucrania durante el conflicto como ayuda occidental pueda volver.

 «¿Por qué no sería interesante un lanzagranadas para un grupo criminal en Suecia?», se preguntó de forma retórica .

Asimismo, los países europeos deben prepararse para un repunte del contrabando de armas tras el conflicto, y que las armas del mercado negro pueden acabar en el mundo criminal, subrayó el experto en contrabando internacional de armas del Instituto Flamenco de Investigación para la Paz de Bruselas, Nils Duquet.

Tanto los dirigentes políticos rusos como los funcionarios de la Interpol llevan meses advirtiendo de la probabilidad de que las armas enviadas a Ucrania se filtren en el mercado negro y acaben en manos de delincuentes organizados en Europa y fuera de ella.

 No obstante, los Gobiernos de Occidente todavía hacen caso omiso de este consejo y siguen abasteciendo a Ucrania con todo tipo de armas y equipos. Con todo, las armas procedentes de Ucrania ya han recorrido el mundo y han aparecido en países como Finlandia, la región africana del Sahel y países de la zona del Chad. A finales de 2022, la policía finlandesa informó de que «enormes cantidades» de armas enviadas a Ucrania habían llegado a ese país nórdico.

Suecia lleva dos décadas experimentando problemas de violencia de las bandas, y el problema se ha agravado en los últimos años. Anteriormente, la policía nacional había identificado docenas de bandas organizadas activas en Suecia, hasta un total de 5.000 miembros activos que se organizaban conforme a criterios étnicos. Las luchas internas entre grupos mafiosos, el tráfico de drogas y la violenta redistribución del poder en el mundo criminal fueron destacados como un factor común tras los múltiples tiroteos y explosiones ocurridos en el país.

El número de tiroteos mortales en Suecia alcanzó en 2022 la cifra récord de 61, seis veces más que en sus vecinos Dinamarca, Finlandia y Noruega juntos.

 Esta violencia del mundo del crimen organizado se ve alimentada por una intensa oleada de armas procedentes del extranjero. El Servicio de Aduanas sueco calcula que cada día entran de contrabando en el país nórdico alrededor de tres armas de fuego, y que los contrabandistas utilizan a menudo ingeniosas formas de ocultarlas, como hornear las armas en barras de pan. Anteriormente, los Balcanes y Europa del Este se consideraban una fuente clave de armas de fuego ilegales.

 El primer ministro de Suecia, Ulf Kristersson, que encabeza un gobierno minoritario dependiente del apoyo exterior, hizo campaña específicamente para hacer frente al crimen organizado, prometiendo «enderezar Suecia». Entre otras cosas, Kristersson previó un «cambio de paradigma» en la justicia penal y prometió que las penas de prisión más largas quitarían a los miembros de las bandas de las calles y disuadirían a los posibles nuevos miembros de unirse a ese mundo criminal. Hasta ahora, sin embargo, el cambio esperado no se ha materializado.

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