La última entrega de Twitter Files analizó el Proyecto Virality, a cargo de la Universidad de Stanford, destinado a combatir la «desinformación», pero que en realidad se centró en el contenido de COVID que desafió las narrativas oficiales o establecidas.

Según su sitio web, el objetivo del Proyecto Virality, que se lanzó en mayo de 2020, era «detectar, analizar y responder a incidentes de desinformación sobre la vacuna COVID-19 en los ecosistemas en línea y, en última instancia, mitigar el impacto de narrativas que de otro modo serían socavar la confianza del público en la seguridad de estos procesos en los Estados Unidos”.

El viernes, el periodista independiente Matt Taibbi mostró que el proyecto no estaba exactamente a la altura de su declaración de misión. Taibbi es uno de los periodistas que está encargándose de analizar y divulgar informes internos de la administración anterior de Twitter provistos por Elon Musk, quien prometió volver transparente a la organización luego de su compra.

Taibbi comenzó los Archivos de Twitter atacando a lo que llamó «La Gran Máquina de Mentiras de Covid-19» citando sus informes semanales, uno de junio de 2021 diciendo que los correos electrónicos de primavera de 2020 hechos públicos del Dr. Anthony Fauci sobre la investigación de ganancia de función que se estaba llevando a cabo en el Instituto de Virología de Wuhan «se ha utilizado para exacerbar la desconfianza en el Dr. Fauci y en las instituciones de salud pública de EE.UU.» y «fomentará una mayor desconfianza en la orientación experta de Fauci».

Por lo tanto, toda información que no favoreciera a Fauci, por ejemplo los fondos públicos de sus dependencias para financiar experimentos de ganancia de función del laboratorio de Wuhan o demás temas sensibles, fueron fuertemente censurados.

Bromas y narrativas «peligrosas»
¿Hizo alguna «broma preocupante» sobre la propuesta de la administración Biden de enviar agentes de puerta en puerta para intimidar a las personas para que se vacunen contra el COVID? Entonces, en ese tiempo usted era un enemigo público culpable de difundir desinformación peligrosa.

¿Hizo preguntas sobre la política de COVID? Entonces fue culpable de una táctica «comúnmente utilizada por los propagadores de información errónea para desviar la culpabilidad».

¿Se quejó con alguien de que los pasaportes de vacunas violaron su libertad? Entonces fue culpable de impulsar una «narrativa antivacunas» engañosa sobre la pérdida de derechos y libertades.

Otros informes fuertemente censurados trataban sobre la teoría de la fuga en el laboratorio de Wuhan y cualquier discusión sobre la inmunidad natural.

Todos ellos fueron calificados de «violaciones potenciales» o «eventos» de desinformación por el Virality Project, un amplio esfuerzo multiplataforma para supervisar miles de millones [sic] de publicaciones en redes sociales por parte de la Universidad de Stanford, agencias federales y una serie de ONG (a menudo financiadas por el Estado)», informó Taibbi.

Censura sobre efectos secundarios de la vacuna
El Proyecto Virality recomendó que las empresas de redes sociales supriman “historias de efectos secundarios reales de las vacunas” y “publicaciones reales que podrían alimentar la indecisión [sobre las vacunas]”.

En este sentido, el proyecto “rutinariamente enmarcó testimonios reales sobre los efectos secundarios [de las vacunas] como información errónea, desde ‘historias reales’ de coágulos de sangre de las vacunas de AstraZeneca hasta una historia del New York Times sobre receptores de vacunas que contrajeron el trastorno de la sangre trombocitopenia”, informó Taibbi.

Asimismo, el proyecto Virality objetó la postura del senador Ron Johnson, republicano por Wisconsin, de «hacer preguntas» sobre la seguridad de las vacunas contra el COVID, alegando que es una «táctica comúnmente utilizada por los propagadores de información errónea», así como la protesta del Rally Mundial por la Libertad que se opuso a las restricciones de COVID, clasificándolo como un «evento de desinformación».

También marcó a «infractores reincidentes conocidos» como el escéptico de las vacunas Robert F. Kennedy Jr., sugiriendo que su contenido es «casi siempre denunciable».

El Proyecto Virality tenía varios socios financiados con fondos federales, incluido Graphika, financiado por el Pentágono. Esa compañía envió a Twitter un informe advirtiendo: “Este proceso continuo de sembrar dudas e incertidumbre en voces autorizadas conduce a una sociedad a la que le resulta demasiado difícil identificar lo que es verdadero o falso”.

«Para recapitular: La misión de información de Estados Unidos pasó de la lucha contra el terrorismo en el extranjero, a impedir que la ‘interferencia extranjera’ llegara a las audiencias nacionales, al 80% de contenido nacional, en gran parte verdadero. La ‘Junta de Gobernanza de la Desinformación’ está fuera; pero la policía de la verdad no lo está», añadió Taibbi.

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