Es difícil, complicado escribir sin que se altere el pulso por la indignación, hartos de oír las mismas tonterías, y no digo payasadas porque los payasos me merecen un respeto. Lo escribo porque hace 48 horas el presidente del Gobierno, al borde la incompetencia manifiesta, en Canarias se echaba un mitin al parecer a unos dos mil militantes instalados en Babia.

Afirmaba Pedro por su casa que España era ejemplo de la eficacia en la lucha contra el virus chino, claro, no se ha enterado todavía el buen hombre que vivimos, a nivel global, en plena guerra económica, política y sicológica, como cuando la llamada guerra fría de los años cuarenta y cincuenta, hasta que sucumbió el comunismo ruso y sus esclavos, entonces llamados satélites.

En aquellos años la guerra, como la denomina ahora el competente  presidente del gobierno italiano, era en caliente, en frio y tibia, pero la de hoy acumula más muertos, enfermos y desastres económicos sociales que en el pasado siglo con dos catástrofes bélicas que sufrimos.

Ahora y estamos en los inicios, en dos años de nada dando palos de ciegos, cada nación a su aire, cada región al suyo y el globo aterrado, harto y con un miedo que nos hace temer otra jaula perimetral si es que no queremos que se dinamiten las fiestas de diciembre, enero y hasta san Valentín.

Y si fuera poco lo que ocurre en el exterior, en nuestro país ya tenemos un  muerto en Cádiz, arrollado por un vehículo en plena huelga de trabajadores del metal. Muy poco, porque en Estados Unidos un loco, un terrorista o un delincuente mató ayer a cinco personas.

Más violencia, más permisividad y más dirigentes políticos incapaces de poner orden, serenidad, sensatez y eficacia en todos los ámbitos, y hasta se pelean entre ellos, peperos entre peperos, coaligados entre coaligados  y obispos entre obispos, hijos contra padres, abuelos maltratados  y policías perseguidos por las masas desbordadas en pleno  cabreo social, y lo que queda con las nuevas leyes  gubernamentales probablemente porque Bildu, los herederos de ETA, mandan un huevo, tanto como ERC, que mataron con Franco y más después en plena transición.

O se mata de otra manera, dinamitando el estado de derecho y el de bienestar, abusando sexualmente de menores o violando a destajo como se puede aprender en un ordenador tecleando PORNO, UN PEQUEÑO DE DIEZ AÑOS. Se acumulan despropósitos y aquí decimos que somos, dicen ellos, los populistas, que esta no es una democracia,  el primero fue PABLO IGLESIAS, el padre e ideólogo del buenismo siguiendo la ruta de Zapatero, un angelito en el infierno español camino de Venezuela, donde desde luego se paga con creces el  separatismo.
 
Es que el socialismo es ya un drama, basta comprobarlo en la región murciana, eligiendo de secretario general a un personaje rechazado por miles de militantes, un Jerez que se puede subir a la cabeza si gobierna como en su pueblo, aunque tampoco el PP, Cs, Podemos están para juegos florales o correr la pólvora árabe. De VOX ni alzar la voz,  jugando al póker con los amos del Campo de Cartagena, allá en Madrid en una tenida de miedo.
 
En fin, estoy contento aunque no lo parezca, mañana o el sábado sacamos una segunda edición de mi libro Y VALCARCEL NO SE ENTERABA, solo con el objetivo de hacer memoria de un ANNUAL murciano político que nos ha jodido hasta ayer. Hoy, no se que decirles, me temo lo peor, los chinos van mejor, ganan millonadas, y eso que empezaron con un solo COVID-19.

Nosotros aún no hemos  sacado nuestra vacuna, sin embargo Pedro Sánchez se alegraba que dentro de seis meses la tendremos. Mas moral que el Alcoyano. O Pinocho en su mundo de embustes a pilón.
 
PD. Ahora, al final de la noche brumosa, cuando releo y corrijo este articulo, recuerdo aquellos años  lejanos cuando en las carreteras españolas y  de media  Europa, podías hacer auto-stop desde Marbella a Hendaya. Parábamos y subíamos sin miedo.

Hoy estaríamos locos, la desconfianza en esta nación libre es un problema, el engaño te rompe y te duele, el caso es que no creo en esta democracia nuestra. En otros países es un orgullo nacional .Pero no soy pesimista, España tiene pueblo, le falta hombres de estado y gestores eficaces.

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