Marruecos ha escrito historia. Y esta vez no es una frase hecha como tantas que hay en el mundo del fútbol. Esta vez es verdad. La selección marroquí se ha convertido en el primer país de África en llegar a las semifinales de un Mundial. Es más que historia. Es una de esas hazañas que se recordarán por tiempo en este deporte.

Marruecos ha derrotado a Portugal (1-0) en un nuevo ejercicio de brillantez defensiva (esto es también jugar muy bien al fútbol) mezclado con aprovechar la única gran ocasión que tuvo, que a su vez llegó por un fallo grosero del portero de Portugal. Así, los africanos están en una semifinal del Mundial. Es mucho más que un éxito. Es historia de los Mundiales ante la selección de Cristiano Ronaldo, que dice adiós al torneo más grande del fútbol (sería un sorpresón mayúsculo que llegara a 2026) por la puerta de atrás.

Lo intentaba por todos lados un Joao Félix muy activo sin acierto. Las tuvo el del Atlético (veremos por cuánto tiempo) con un disparo con rosca que pegó en la espalda de El Yamiq y especialmente nada más arrancar el encuentro con un cabezazo en un centro. Cinco minutos de juego y Portugal ya había rematado a puerta, todo un sacrificio en la idea española. Podrá salir o bien, pero intentarlo es obligatorio.

 Con igualdad y orden táctico, los últimos minutos de la primera parte fueron un canto al fútbol. Dio pena que el partido se fuera al descanso porque el ritmo fue eléctrico con el balón de uno a otro área. Fue ahí cuando Marruecos se adelantó en el marcador con un fallo monumental de Diogo Costa, su portero, que midió mal y salió tan mal que regaló el cabezazo a En-Nesyry, delantero del Sevilla.

Era eso ya todo un cambio en un encuentro igualado que se desató por el gol. Portugal reaccionó muy bien y Bruno Fernandes, en un centro-chut, se encontró con el larguero a la vez que los lusos buscaban ya cualquier lance con el que engañar al árbitro. No picó el colegiado argentino. Marruecos, eso sí, era peligroso a la contra.

La derrota ya obligaba a Fernando Santos a mover su idea de juego. Es lo que tiene el fútbol: si tu planteamiento no funciona estás obligado a cambiarlo. Cuando el seleccionador portugués vio que Ziyech, al inicio de la segunda mitad, tuvo el segundo ya movió el banquillo. Y ahí salió Cristiano Ronaldo para presentarse como salvador de todo un país.

Sin que el exjugador del Real Madrid tuviera incidencia, lo que vino a partir del minuto 60 fue un asedio total de Portugal. Disparos por varias partes, centros desde ambas bandas, cambios para seguir atacando, intentos continuos... Portugal sí lo mereció, sí atacó, sí asedió a Marruecos. Y los africanos, trabajados a la perfección en defensa, estaban achicados atrás en algo que también se debe valorar: defender bien es también jugar bien al fútbol.

Con Marruecos sacando balones a la desesperada, sin querer jugar más allá del centro del campo (y era lógico, no lo necesitaba), la más clara llegó en el 83' con una espectacular parada de Bono a un gran disparo de Joao Félix. El portero del Sevilla es una de las figuras de este Mundial y España, recuerden, no le probó en todo el partido de octavos.

Ficha Técnica
Marruecos 1: Bono; Attiat-Allah, Saiss (Dari, 57'), El Yamiq, Achraf; Amrabat, Amallah (Cheddira, 65'), Ounahi; Boufal (Jabrane, 81'), Ziyech (Aboukhlal, 81') y En-Nesyri (Benoun, 65').
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​Portugal 0: Diogo Costa; Dalot (Horta, 79'), Pepe, Dias, Guerreiro (Cancelo, 51'); Neves (Cristiano Ronaldo, 51'), Bernardo Silva, Otavio (Vitinha, 69'); Bruno Fernandes, Joao Félix y Gonçalo Ramos (Leao, 69').

Goles: 1-0 (En-Nesyry, 42').

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