Tejido de palio, que ya lo hemos pagado porque ha sido de necesidad ampliarlo en la piadosa Cartagena, porque, aunque los cuatro palos para el palio actual, sirven, cubrir tanto político caritativo con el dinero público que es necesario cuidar y conservar bajo palio no vayan a caerle un relente y resfriarse, es algo más serio de lo que algunos rojos infieles se creen o nos creemos. 

Me quedo tranquilo y duermo a pierna suelta, porque los llamados colegios donde se enseña la verdad de la fe católica, en ninguno, lo mismo que en ninguna casita de la gloria (aunque estén siempre vacías), hay goteras; y el hecho de que las haiga con peligro hacia los estudiantes en los institutos, es algo que está muy bien visto desde la Otan y desde el Consejo Episcopal Cartaginés, donde abunda los comeostias y meapilas con su moderno lema: Por la Religión y el Rey, morir nosotros y nuestros hijos, es Ley”. 

El Articulo 16 de la Constitución que está en vigor en España, en su apartado tres determina con toda claridad  que: “ Ninguna confesión tendrá CARÁCTER ESTATAL. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de COOPERACIÓN con la Iglesia Católica y las demás confesiones.” 

Pero está claro que hablar de cooperación, no es indicar que la iglesia católica vaya a estar MANTENIDA a piso, mesa, galguerías y caprichos, como lo está, en tierras como la cortijá murciana donde existe un claro desprecio y una impunidad total hacia el manejo del dinero público, que, al mejor estilo tradicional,  nos ha hecho destacar en ser un país que va de hambruna en hambruna, y de guerra en guerra, porque todo lo controlan y lo dispone desde los centros religiosos, a los que la situación social que puedan experimentar los vecinos no les preocupa lo más mínimo. Al contrario, cuanto más pobres, jodidos e ignorantes, más fe, y más palio. 

La Trinca municipal cartaginesa, al margen de haber, con dinero público, comprado la tela para ampliar el santo palio religioso, mucho más del 40% de la inversión pública de dinero que devuelve a los ciudadanos cartagineses por el cobro de sus impuestos locales, lo devuelve hacia la vía de los que en su entendimiento le garantizan su estancia en las próximas listas políticas: un beaterio carca que los tiene bañados de impunidad. 

Si a toda acción, la ciencia dictamina que corresponde después una reacción. En Cartagena, ciudad con universidad técnica (aunque no lo parezca), a la acción de disponer anticonstitucionalmente del dinero público tanto por parte del gobierno tránsfuga del Lorzas, como del también gobierno tránsfuga de la Trinca Municipal cartaginesa, la reacción ciudadana local es de queja porque no saben todavía, cual es la razón que impide que el obispo viva en Cartagena en un buen palacio, y se construya una más que necesaria catedral que sea el doble de grande que la de Murcia. 

Menos mal que la vuelta de la santísima Inquisición o los Tribunales de la Santa Fe, están a falta de unas próximas elecciones. 

Salud y Felicidad sin covid-22. 

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