Los semáforos en España son machistas, según Irene Montero

Asevera que "sistemas a primera vista neutrales" de movilidad como la red de semáforos en España, "pueden comportar un impacto discriminatorio de género edadista y capacitista"

Noticias 17/03/2023 Oriana Rivas
OIP
Irene Montero

Los relatos ideológicos de la ministra de igualdad del Gobierno español, Irene Montero, no tienen límites. En su paso por esta cartera ha promovido una ley que ha beneficiado a más de 730 delincuentes sexuales, otra que permite a niños a partir de los 12 años solicitar ante el sistema judicial el cambio de sexo y ahora va por la «perspectiva interseccional sobre sesgos de género en la inteligencia artificial».

Bajo ese título el Instituto de las Mujeres, adscrito al mencionado ministerio, lanzó un informe que no hace otra cosa más que demostrar el desfase con la realidad española y que se centra en temas tan innecesarios como irrisorios.

Uno de los puntos contenidos en el texto se refiere a «sistemas a primera vista neutrales» de movilidad como los programas de control y coordinación de la red de semáforos en España, los cuales «pueden comportar un impacto discriminatorio de género edadista y capacitista». Ahora al feminismo de Montero le molesta el tiempo de cambio de luces en los semáforos.

Para justificar su nuevo delirio apelan a los datos aunque reconocen que «en términos absolutos fallecen más hombres como peatones que mujeres». Refutan que «en el ámbito urbano, en términos relativos, los hombres fallecen principalmente utilizando otros medios de transporte (63 %), mientras que las mujeres fallecen principalmente desplazándose a pie (77 %)».

«Los criterios con los que se diseña la red de medidas de regulación de la movilidad peatonal (cruces, semáforos, pasos de cebra, señales de límite de velocidad, etc.) tienen un impacto desproporcional en la movilidad e integridad física de la mujer como peatón», se lee en el informe.

 Las prioridades de Montero
Seguidamente, el texto asoma preguntas que insisten con la teoría de que los semáforos en España, palabras más palabras menos, terminan siendo machistas. «Los sistemas de control y coordinación de semáforos determinan, por ejemplo, el tiempo del que disponen los peatones para un cruce.

¿Con la velocidad promedio de qué perfil se automatizan las fases verdes para peatones? ¿El perfil de una persona adulta de 30 a 50 años? ¿O el de una persona ciega y anciana o de una persona en silla de ruedas?».

Así, se explaya en una exposición de motivos que recuerda dónde están las prioridades del Ministerio de Igualdad. Al parecer, la disputa política a lo interno de la izquierda española no es suficiente para frenar los avances de las propuestas avaladas por Montero, ni siquiera porque el mismo PSOE haya votado días atrás para respaldar la reforma de la polémica ley del «solo sí es sí».

Ese reglamento erosionó al bloque político y aún con los evidente errores, la funcionaria continúa promoviendo nuevas ideas tan ridículas como poco efectivas.

Para su cartera ministerial, la respuesta está en semáforos «inteligentes» para «ser conectados a corto plazo (2025) a una plataforma 5G». Indican que «esto permitirá a los autobuses y otros vehículos equipados con la tecnología conocer de antemano la hora exacta de los cambios».

Si la exalcaldesa socialista de Madrid, Manuela Carmena Castrillo, gastó en 2017 más de 21000 euros cambiando los lentes con las siluetas de peatones para hacerlos más «igualitarios, inclusivos y paritarios», no es menos lo que se pueda esperar de la iniciativa del instituto feminista. No hay cifras que detallen cuánto llevaría aplicar esa «inteligencia».

 El problema con los termostatos
A la par de que el Instituto de las Mujeres cuestiona a qué velocidad se determina la fase verde de los semáforos en España, y si lo hacen al mismo ritmo de «una madre llevando a su infante a la guardería», también se plantea el tema de los termostatos.

El informe menciona un estudio de 2015, el cual indicó que la configuración de esos aparatos tiene una fórmula desarrollada en los años 60, es decir, «la era de las oficinas dominadas por los hombres». «Dicha fórmula no había sido revisada desde entonces y hace que las mujeres pasen frío en su entorno de trabajo, lo cual afecta a su confort y rendimiento laboral».

La agenda progresista de la ministra Montero va por un camino sin frenos. Pero antes de que avance con cualquier propuesta, seguramente deba solventar las diferencias internas de su bancada política, sin contar con que dentro del feminismo que tanto dice defender ya le reclaman por desproteger a las mujeres.

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