“Es el Gobierno que tendrán los españoles, o muy similar, al que tendrán cuando Casado acceda a La Moncloa”.
La presidenta madrileña evita cualquier fricción con Pablo Casado, al que defiende como única alternativa a Pedro Sánchez, y dice que no se ve más de ocho años en la Comunidad de Madrid.
 

Vayamos al grano, señora Ayuso ¿puede prometer y promete que no le va a disputar el liderazgo del PP a Pablo Casado?

Jamás ha estado en mis planes porque mi sitio es Madrid. Siempre fue Madrid. Es el mejor proyecto político que voy a dirigir. Y además, solo llevo dos años en él.

 ¿El objetivo es estar ocho años en la Comunidad?

No me veo más de ese tiempo, desde luego.

 ¿A qué atribuye el lío que se ha montado en torno a usted y Pablo Casado?

Es una mezcla de muchas cosas. Por un lado, el presidente de la Comunidad de Madrid tiene que hablar de Nación, tiene que hablar de España, porque Madrid es España. Eso a veces es utilizado, sobre todo por intereses políticos y mediáticos, para intentar deslegitimar el papel del líder de la oposición. Pero yo no puedo dejar de gobernar pensando en España desde Madrid. Es más, yo lo que estoy es demostrando que el Gobierno que España se está perdiendo con Pablo Casado es el mío desde la Comunidad de Madrid.

A mí me consta que Casado estaba muy molesto con que antes de su convención la opinión pública estuviera debatiendo en torno a su liderazgo.

Yo jamás he hablado del liderazgo de Casado, he hablado de mi liderazgo en el partido en Madrid, un tema del que se venía hablando desde hacía un año.

 ¿Entre ustedes está todo bien en lo personal?

Y en lo político… estoy convencida de que la convención ha servido para mostrar que somos un equipo. Yo represento ese Gobierno que España se está perdiendo en estos momentos y es el Gobierno que tendrán los españoles, o muy similar, al que tendrán cuando Casado acceda a La Moncloa.

¿Cómo se arregló la cuestión? ¿Hubo una llamada telefónica?

 Yo siempre he ido a todas las convenciones y congresos del PP. Es más, me hubiera gustado estar en la convención a su paso por Madrid, precisamente porque aspiro a dirigir ese partido. Es decir, la primera perjudicada por un cruce de agendas soy yo, pero soy ante todo y por encima de todo presidenta de la Comunidad de Madrid y tenía este viaje cerrado desde hace muchísimas semanas. Esa agenda llevaba mucho tiempo ya cerrada, pero nunca dudé en hacer lo posible por estar en la convención junto a mi partido.

«Jamás he hablado del liderazgo de Casado, sino de mi liderazgo en el partido en Madrid»
Ahora hablaremos de su viaje a Estados Unidos, pero antes, ¿usted acepta que el congreso del PP de Madrid regional sea en julio de 2022?

Yo no tengo que aceptar o no, no está en mi mano, porque no soy la que dirige.

¿Cuál es su fecha ideal?

Me gustaría que fuera pronto.

¿Qué es pronto? ¿Enero?

No pongo fechas, porque si pongo fechas a la vez dicen que presiono. Haga lo que haga, siempre todo se pone en entredicho. Yo quiero lo mejor para la organización, quiero normalidad. Es lo que siempre he dicho, y lo único que he dicho, desde el principio.

¿Cuál es su modelo? ¿Controlarlo todo? ¿Llegar a algún acuerdo con el alcalde de Madrid?

Yo quiero, como el resto de mis compañeros y como siempre ha ocurrido, que el Gobierno y el partido vayan en la misma dirección.

Creo que en toda esta cuestión el motivo final de disputa es quién hace las listas en 2023. Si es usted la presidenta, ¿aceptaría que las listas del Ayuntamiento las hiciera Almeida?

No es una cuestión de poder, es una cuestión de política que ha de ir en paralelo. Porque hay muchas medidas que no puedo poner en marcha desde el Gobierno, que creo que son buenas desde el partido y sobre todo porque quiero trasladar la ilusión del 4 de mayo. No es una cuestión de poder, es una cuestión de principios, de política y de coherencia. Pero quiero que quede claro que a mí me encantaría contar con el alcalde, por supuesto, y con su equipo. Es que, de hecho, su equipo y mi equipo siempre fueron el mismo.

«Lo que Sánchez hace con los fondos europeos, la oposición y los poderes públicos es puro chavismo»
Da la sensación de que en el PP de Madrid son todos ustedes tan amigos que al final es un problema.

Es que siempre fuimos el mismo equipo, desde siempre. El equipo de Almeida y el mío hemos sido siempre el mismo equipo. Lo que pasa es que un buen día tuvimos que hacer dos listas, pero hemos sido siempre el mismo equipo.

¿Eso puede ser una rémora?

Al contrario.

¿Cuenta usted con el alcalde?

Siempre. Como lo hacemos entre las dos instituciones de manera inquebrantable.

¿La relación con él es buena?

Muy buena, como siempre.

¿Tanto política como personal?

Sí.

Hablemos del viaje a Estados Unidos. ¿Intentó ver a Biden?

Nunca.

¿Le hablaron allí de Pedro Sánchez?

Sí. Sobre todo para lamentar cómo España se proyecta como un país de grandes dificultades a la hora de invertir. Porque el exceso de burocracia, de impuestos, de trabas y su indefinición acerca de dictaduras como Venezuela y Cuba les creaba rechazo; pero especialmente a los inversores, los altos impuestos, las trabas burocráticas es lo que más les echaba para atrás.

He aprendido también en este viaje que el principal freno de Madrid se llama Sánchez, porque las grandes inversiones, el gran capital, viene a Madrid, pero la política de Sánchez les echa para atrás.

Cuando usted está en Estados Unidos y los inversores le hablan mal de España…

No hablan mal de España. Al contrario.

… me refería a que usted es una representante institucional y tampoco va a criticar a España, me imagino.

Durante todo el viaje, prácticamente lo poco que pude criticar fue efectivamente que coincidía en que esas políticas son lesivas para la creación de empleo y para la prosperidad. Pero en esos momentos lo único que hice fue tomar nota. Y les vendí y les expliqué todas las actuaciones donde pueden invertir en la Comunidad de Madrid, y se quedaron impresionados con Madrid Nuevo Norte, el Canal Isabel II o grandes reformas que vamos a hacer en hospitales públicos, etcétera.

¿Corre peligro allí el legado español?

Absolutamente. Y además es peor de lo que yo pensaba.

¿Por qué?

Porque yo pensaba que era una cuestión que sólo calaba socialmente en países donde ahora gobierna el populismo, como puede ser México. Es preocupante y al final no deja de ser un ataque directo contra España.

Usted en dos años ha pasado de visitar todos los pueblos de Madrid a adquirir protagonismo a nivel nacional y ahora ya está en el ámbito internacional. ¿Qué será lo siguiente?

Otro planeta (risas). Madrid es así, Madrid es universal. Yo el viernes estaba en Miraflores de la Sierra y el sábado en Nueva York. El 45% de los ciudadanos que viven en Madrid no han nacido aquí. Tratar a Madrid como un terruño autonómico sería un gran error.

Un poblachón manchego, que decía Cela. ¿Y la marca Madrid?

En todo el continente es muy conocida, pero en Norteamérica menos.

Después de la polémica con Toni Cantó y el español, ¿qué le parece el proyecto del Gobierno para impulsar nuestro idioma?

Ahora que Sánchez quiere descentralizar instituciones para perjudicar únicamente a Madrid, puede crearla en Barcelona.

Sus medidas son las contrarias, pero será difícil combatir a un Gobierno que está repartiendo dinero.

Un Gobierno autoritario y que genera retroceso y pobreza es incapaz de gestionar unos fondos europeos. De los 70.000 millones, hasta 50.000 van a ser repartidos de manera tan arbitraria como cuando negaba a la oposición hacer su función desde el Parlamento. Sánchez va a empobrecer y dividir.

¿Teme que la falta de controles dé lugar a corrupción?

Es chavismo puro lo que va a hacer con los fondos europeos y lo que hace con la oposición y con los poderes públicos.

La evolución de la pandemia es muy positiva. ¿Al fin se acabó?

Los efectos de la pandemia, no. Ahora hay un contagio menor, pero no se ha terminado de ir y necesitaremos tiempo para afrontar las consecuencias económicas. No puede haber un parón de casi cuatro meses de todo y pretender que eso quede en el olvido.

Eso tiene unos efectos que se conocerán tarde o temprano, aunque la situación en Madrid es realmente buena. Hemos recuperado el empleo perdido durante la crisis y estamos liderando el crecimiento económico en España. Pero eso no deja, no quita para que estemos preocupados por la solución final que ocurra con los ERTE y, sobre todo, de tantos autónomos que no han ingresado dinero durante mucho tiempo.

«Urge en España una alternativa liderada por Casado para evitar los despropósitos de Sánchez que ahora corregimos desde Madrid»
¿Qué tal su relación con Vox?

Buena. Es cierto que ahora mismo sumo más que las tres izquierdas juntas, pero eso no quita para que busquemos el entendimiento.

En España, ¿gran coalición o acuerdo con Vox?

Lo que España necesita urgentemente es una alternativa política liderada por Pablo Casado, una alternativa para evitar los despropósitos de Sánchez que ahora corregimos desde Madrid.

Una curiosidad. ¿Ha hablado con Pablo Iglesias tras las elecciones?

¿Con quién?

Con Pablo Iglesias.

Antes de ser presidenta fui dos veces a una tertulia que él presentaba. Y una vez nos cruzamos en un pasillo. Nunca ha sido de mi gusto, de mi agrado. Me parece muy bien la gente que luego en los pasillos se lleva bien con las personas con las que… Pero yo, sinceramente, es que no tengo absolutamente nada que ver, y nada es nada. Tampoco con Otegui tengo el mal gusto de hablar por los pasillos si me lo encuentro.

¿Le preocupa la deriva contagio de Cataluña que está habiendo en Comunidad Valenciana, Baleares, etc?

La España policéntrica que defienden es otro ataque más hacia Madrid. Las propuestas del presidente de Valencia con la descentralización de Madrid o todo lo que hablan del ‘dumping’ fiscal no son más que un ataque furibundo contra Madrid, porque ir contra Madrid es ir contra España.

¿Y por qué Puig lanza este ataque?

Porque, como todo populista, necesita buscar un enemigo externo al que culpar de su mala gestión. Como lo hace López Obrador en México, como lo hacen los independentistas en Cataluña. Todos ellos tienen un profundo sentimiento nacionalista que les hace sentirse moralmente superiores al resto de los españoles. Busca la división y la confrontación porque se creen moralmente superiores y porque necesitan ir contra España, porque son personas que odian España.

¿Usted es consciente de que para bien o para mal se ha convertido en un fenómeno social, además de político?

A ver, es cierto que esto se ha ido un poco de las manos, porque he empezado a ver calcetines, discotecas, menús…

La chaqueta de Esperanza Aguirre.

La verdad es que he visto cosas increíbles, pero es lo mejor que me pasa, porque luego gestionar y este papel es muy duro, es muy difícil. Pero ese cariño de la gente, esa ilusión de los ciudadanos me reconfortan y hacen que todo merezca la pena, porque les noto.

Pero todo lo que sube, baja. ¿Eso le preocupa?

A mí lo que me ocupa es asentar el voto que tuve el pasado 4 de mayo y no defraudar.