Parece que a los inmigrantes ya no les llega con la batería infinita de ayudas sociales que reciben en cuanto ponen un pie en nuestro país. Ayudas para el alquiler y la vivienda, educación gratis, becas para libros y comedor, extraescolares, sanidad pública, cheques bebé o cobertura legal gratuita. Todo les parece poco. Con tan poca ayudita aquí no hay quien se integre.

Ahora, un vídeo, que ya ha sido eliminado de servidores, corre como la pólvora por las redes sociales. Una mujer musulmana se queja públicamente y denuncia que Cáritas - una organización cristiana que depende directamente de la Iglesia y las aportaciones voluntarias - siempre les da lo mismo para comer.

"El menú es muy repetitivo y solo ponen macarrones". Se queja la mora a los responsables de la caridad catalana. Detrás, aparece flanqueada por decenas de musulmanas, que posan con cartelitos de protesta exigiendo "Queremos becas comedor". La única que cotiza y trabaja allí es la reportera, que además es española. La escena es tan dantesca y pintoresca que refleja perfectamente la surrealista fotografía de la España actual.

 ¡Serán racistas estos de Cáritas! La próxima vez que les pongan un chuletón de cordero recién sacrificado con guarnición (y mirando a la Meca, por favor, no seamos fachas).

Si tan poco les gusta el menú que les dan gratis, lo tienen fácil: que se larguen a su país a comer cuscús o que se lo paguen ellos como cualquier españolito de a pie. En nuestro país, los españoles, los que trabajan, los que cotizan, los que cumplen la ley, los que pagan las multas, siempre son los últimos. ¿Hasta cuándo vamos a seguir tragando?