El 1 de diciembre de 2023, nuestro miembro del MWGFD, Uwe Kranz, ex Consejero Ministerial, junto con Marianne Grimmenstein (Iniciativa Ciudadana Common Good Lobby), ambos también miembros de United for Freedom (UFF), presentaron una denuncia penal ante la Corte Penal Internacional de La Haya contra los principales responsables de este tratado.

Al hacerlo, ahora retoman lo que se lamentó en el Simposio sobre el coronavirus en el Bundestag el 11 de noviembre de 2023. ¿Cuántos actos criminales más tienen que cometerse antes de que los responsables sean finalmente llevados ante la justicia?

En el simposio sobre el coronavirus en el Bundestag organizado por la AfD, la magnitud de este gigantesco fraude se ha vuelto a poner de manifiesto con una intensidad concentrada. Los pensadores de la Ilustración de la primera hora, que hasta entonces habían sido excluidos del discurso público, presentaron una vez más lo que se sabía desde hacía mucho tiempo.

Las llamadas "vacunas" que se vacunaron a la población nunca debieron haber sido puestas en el mercado, incluso con el conocimiento de calidad en ese momento. Se falsificaron los datos, se silenciaron los hechos sobre el método de producción, se ignoraron todas las señales de seguridad, se rechazaron muestras aleatorias y estudios de cohortes a los primeros informes sospechosos, y se engañó a toda la población.

Centrándonos en los principales autores de este gigantesco fraude, en el que también estuvieron implicados los medios de comunicación y los políticos, lo primero que hay que hacer es rodear a quienes aceptaron literalmente la nocividad de las "vacunas": es decir, las partes contratantes en las negociaciones de compra entre Pfizer/BioNTech y la UE. En nombre de los países de la UE, el 20 de noviembre de 2020, la expresidenta mundial de las vacunas de Pfizer, Nanette Cocero, y la comisaria de Sanidad de la UE, Stella Kyriakides, autorizaron con sus firmas este engaño a gran escala.

En el contexto de publicaciones recientes, como los contratos internos de Pfizer que revelan el fraude en las etiquetas de fabricación, y las admisiones de la EMA el 18 de octubre de 2023 (ver enlace), según las cuales ya se sabía al principio que la "vacuna" contra el coronavirus no protege contra la infección ni una mayor propagación, ahora también ha quedado claro por qué la Comisión de la UE y los gobiernos se negaron a revelar el acuerdo de precompra.Ver enlace al contrato).

De hecho, de los tratados se desprende claramente que la UE aceptó los "riesgos e incertidumbres significativos" a los que estaba sujeta la producción de la "vacuna". También se firmó que las empresas farmacéuticas no debían asumir responsabilidad, sino que el uso y la aplicación de la "vacuna" debían realizarse "bajo la exclusiva responsabilidad de los estados miembros de la UE".

Incluso con estas formulaciones, las partes contratantes habrían tenido que desistir del contrato de compraventa. Por lo tanto, deben ser acusadas las siguientes personas:

Director General de la Organización Mundial de la Salud, TEDROS ADHANOM GHEBREYESUS,
El presidente y consejero delegado de Pfizer Biopharmaceuticals Group, ALBERT BOURLA,
Presidente del Paul-Ehrlich-Institut KLAUS CICHUTEK,
Directora de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), EMER COOKE,
Ex presidente global de vacunas de Pfizer Inc. NANETTE COCERO,
Copresidente de la Fundación Bill y Melinda Gates, WLLIAM "BILL" GATES III,
La Comisaria Europea de Sanidad, STELLA KYRIAKIDES,
Presidenta de la Comisión Europea, URSULA VON DER LEYEN

Además, en la página 25 del contrato de compraventa, la Comisión Europea y BioNTech/Pfizer incluso especifican a qué daños y perjuicios por "vacunación" se aplica la exclusión de responsabilidad de la empresa farmacéutica. Estos son: muerte, lesiones físicas, daños mentales o emocionales, enfermedad, discapacidad, pérdida o daño a la propiedad, pérdida económica o interrupción del negocio.

Además, los Estados miembros de la UE confirman con los contratos de pedido negociados por la UE que se desconocen los efectos a largo plazo y la eficacia de la vacuna y que pueden producirse efectos secundarios desconocidos. ¡Y esto con una "vacuna" con la que las personas sanas (!) deberían ser vacunadas!

La acción deliberada es aún peor porque, a pesar de la evidencia científica sobre la nocividad de la contaminación por lotes de ADN plasmídico (ver el hallazgo de McKernan), no solo no hubo intervención, sino que la campaña de vacunación ha continuado hasta el día de hoy.

Sin embargo, según los correos electrónicos filtrados, la Agencia Europea de Medicamentos conocía el material contaminado ya a finales de 2020, pero acordó con Pfizer relajar los estándares de calidad, aprobando así que solo el 55% del ARN tenía que estar intacto (ver Link). A más tardar en este momento, las autoridades de supervisión deberían haber intervenido y retirado los preparados del mercado.

La reevaluación legal de este escándalo está en pleno apogeo. Es obvio que las partes involucradas (fabricantes, autoridades reguladoras, participantes en contratos, gobiernos) violaron sus obligaciones. Los expertos y abogados están en el proceso de averiguar hasta qué punto la realización deliberada del delito tuvo lugar aquí, porque los documentos internos de Pfizer muestran que se probaron otras preparaciones como parte del estudio de aprobación de las inyecciones de Covid-19 que luego se administraron a la población.

En este contexto de todas las implicaciones, las ocho personas mencionadas anteriormente han puesto en peligro la vida de 451 millones de ciudadanos de la UE con sus decisiones y los han liberado sin escrúpulos con fines de investigación.

Con sus acciones, han posibilitado y apoyado el hecho de que una vacuna cuya eficacia y seguridad se desconoce, cuya producción está asociada a grandes riesgos, que según el contrato pueden provocar la muerte, la enfermedad y la discapacidad, haya sido aprobada condicionalmente por la EMA y, posteriormente, haya sido y se administrará a ancianos, enfermos, sanos, niños, bebés y mujeres embarazadas.

Por supuesto, estos cargos criminales son solo una gota en el océano, dada la magnitud de este cártel de silencio, cuyos motivos fueron obviamente el oportunismo más que la ética. Si uno sigue el rastro del dinero, ahora debería haber una ola de arrestos masivos.

Cuando incluso la presidenta del Consejo de Ética, la Prof. Dra. Alena Buyxs, tira por la borda sus principios éticos para recibir financiación del Wellcome Trust, la confianza en todos los casos se tambalea. La Haya estará ocupada durante décadas juzgando a los responsables y cómplices que han dañado al menos a 6 millones de personas.

Se adjunta la denuncia penal completa:

Voelkerrechtsstrafanzeige-PDF-2.pdf

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