Un hombre detonó en varias ocasiones un arma de fogueo para asustar a su casera, que el pasado jueves por la noche se acercó al inmueble donde el sospechoso reside para reclamarle las cantidades que le adeudaba desde hacía meses. El varón acabó huyendo cuando escuchó las sirenas de los vehículos de la Policía Nacional, que se acercó al lugar, un piso en la plaza de El Burgo de Ebro, en el Picarral, después de que la propietaria llamase a la sala del 091.

 Por si fuera poco, los agentes, que andan tras la pista del hombre, hallaron en el interior del inmueble alrededor de un kilo de marihuana. También encontraron dentro a otros dos sujetos, al parecer ajenos a la trifulca, que estaban consumiendo la citada sustancia. Ambos acabaron esposados, si bien uno de ellos trató de zafarse, sin éxito, de los funcionarios. La actuación policial, que se solventó con celeridad, no pasó desapercibida en el vecindario.

La vivienda quedó precintada, cuando las unidades policiales llevaran a cabo un registro pormenorizado del piso, ubicado en una cuarta altura en un grupo de viviendas sindicales de los años sesenta. Los agentes que examinaron el inmueble hallaron el cannabis en estado seco, lo que arroja la firme sospecha de que se estaba empleando la estancia como punto de distribución de droga para su posterior venta al por menor.

El sospechoso, de origen marroquí, habría abandonado la vivienda descolgándose por la ventana. La Policía Nacional lo busca, como a otros tantos presuntos delincuentes, desde que tuvo conocimiento de los hechos a través de la denuncia de la propietaria, que acudió a su piso, entre las avenidas de San Juan de la Peña y la de Salvador Allende, en el barrio del Picarral, acompañada de un hijo.