La historia y la memoria –esa que con anacrónicas leyes se quieren cargar- nos recuerda que la Legión, uno de los Cuerpos que más vidas ha sacrificado por mantener lo que hoy recogemos desde el artículo 1 de la Constitución en adelante, en lo referente a la soberanía e independencia nacional y su integridad territorial, a la forma política del Estado, a la indisoluble unidad de la Nación, a los símbolos de España etc. tiene históricamente la “tradición” -otra palabra que algunos odian- de hacerse acompañar de sus mascotas, de entre las cuales, entre monos, osos, jabalís, loros, cabras y carneros quizá se popularizaron más los herbívoros de cuatro patas y cuernos.

Y vaya desde aquí que no voy a aprovechar para ejercer de defensor a ultranza de los legionarios, ellos se saben defender solitos, sino de las tradiciones, pues este atajo de “descerebrades” con su nueva ley de protección animal, no solo desprotegen a las mascotas y dejan a los legionarios sin su animal compañía, sino que también van a dejar a los niños sin camellos en la cabalgata de Reyes Magos. 

      La mal llamada cabra de la Legión siempre fue objeto de guasa y chirigota. Recuerdo a otro “cabra-loca” con bastón y pañuelo de seda al cuello que se las daba de escritor, pero que más bien era payaso de programas de cotilleos de Telecinco, popularizando la burla del cornúpeta animal. Pero si alguien va a pasar a la historia por ridículo, desbancando a cualquier borrego conocido, no va a ser Titán precisamente que llegó puntual a su cita con su público, sino el que a propósito llegó tarde, quizás no tanto por cabrito sino por “atascao” otra de las cualidades de estos topadores seres.

      Y no hablo con desconocimiento, sino desde la experiencia de que una comitiva oficial y más presidencial, en las cuales muchas veces participé, nunca llega tarde. En estos protocolos el espacio se mide milimétricamente; el tiempo a la décima de segundo; se estudian los itinerarios alternativos; se coordina un complejo sistema de seguridad; se prevén vehículos de recambio; se establecen puntos de control; se controlan las frecuencias de comunicaciones; hasta se revisan las alcantarillas; se diseña un plan de extracción y/o evasión y escape y con antelación una comitiva similar recorre los itinerarios varias veces a diversas horas hasta que los conductores y los escoltas están perfectamente identificados con el recorrido y alertas ante cualquier alteración que pudiera suceder.

No cabe el más mínimo fallo o de lo contrario) como bromeábamos en ese ámbito) el responsable termina dirigiendo el tráfico en el cruce de las calles del Duque y la de la Caridad y los conductores guiando el camión de la basura.   

        ¡SÁNCHEZ mientes más que hablas! Solo pretendías librarte del derecho a la expresión del pueblo español, que cuando es a la inversa tú y tus medios alentáis. Y lo peor ha sido tu ministro Bolaños, al que has conseguido borrar la imagen de chulo de puticlub que tenía Ávalos, pero que tras el disfraz de niño pijo de residencia Ahuja, continúa con las mismas sandeces vertiendo todo tipo de descalificaciones sobre el público del día de la Fiesta Nacional, achacándoles toda culpa ¡

¡Pero qué coño esperabas! De quienes han sido víctimas de sangre de los que vosotros protegéis, a quienes no cesáis de conceder beneficios y con cuyos cómplices gobernáis. Y vuestra irónica y sarcástica defensa es de “¿Qué se puede esperar de gente que aplaude más a una cabra que a su presidente?” Pues te lo voy a explicar en menos de cuatro renglones:

     “Porque la cabra representa sacrificio, porque representa jóvenes entregados por mantener la integridad territorial de España y los valores que llevan a un Soldado a entregar su vida por los demás”.

     ¡SÁNCHEZ mientes una y otra vez! Cuando le dijiste al Rey que viniste cuando te dijeron, y eso en la Ordenanzas Militares está muy bien definido: “excusarse con males imaginarios o supuestos” o culpar a otros “son pruebas de desidia e ineptitud” que ni la cabra inventaría, pero ya sé que ni tú ni la cabra sois militares, pero hasta cualquier culebra viperina no se refugiaría en la cobardía para excusarse de sus negligencias. 

    Porque el 12 de octubre, no es el día de las Fuerzas Armadas, es el día de la Fiesta Nacional y Titán no solo representaba a la mascota de la Legión, sino a todos los que trabajan y cotizan en este país y al resto de Soldados, Guardias Civiles, Policías y miembros de otros Cuerpos de Seguridad, Rescate y Defensa que ese día desfilaron por el Paseo de La Castellana.

    Y a diferencia de esto, los cabrones viven plácidamente a consta del esfuerzo y del trabajo de los demás, aunque para ello tengan que pactar con los que quieren desmembrar España, y con los criminales que asesinaron por la espalda, y en presencia de sus esposas e hijos cuando no los mataban también a los que representa Titán que sí llegó puntual, por eso lo aplauden.  

  ¡SÁNCHEZ, mentiroso! La próxima vez te marcas un lehendakari o un mol horripilant presdent y te quedas en tu casa u os quedáis juntitos los tres y os pedís unas pizzas, o marisco que os gusta más, pero que sepas que tú eres peor que ellos porque tú eres el que los mantiene para que a su vez te mantengan a ti. 

    Ante esto hoy, con permiso de mi perro Rocco, me quedo con la cabra Galleta, prima lejana del puntual cordero del desfile. 

    Y como de costumbre enciendo el puro de los domingos, escribo estas letras que hoy especialmente dedico a TITÁN, pero que aprovecho para enviar un fuerte abrazo a amigos y familiares. 

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