En la Historia escrita de la Humanidad las mujeres han sido las grandes olvidadas, sin embargo su papel en la vida de todas las civilizaciones ha sido fundamental desde la denostada EVA –la criatura ordinaria—manejada en su papel bíblico-religioso, con crudeza devastadora.

Esta crisis humanitaria, repito, penosa, tiende a cambiar en el mundo libre y de la cultura occidental, aunque a veces instrumentalizadas ideológicamente en el campo social y político, como está ocurriendo esta semana, entre las pinzas de los populismos de izquierdas y de la derecha,

…aliados y socios de Pedro Sánchez, y de un pepé sin capacidad dialéctica ante los medios de comunicación, repitiéndose la famosa fábula del alacrán y la rana surcando un rio caudaloso, el del feminismo victimista.

A nadie parece importar en el fondo las mujeres de Castilla y León usadas y utilizadas como mero pretexto de confrontación banderiza y electoral. Ellas, su drama, como al resto de las españolas, de zozobra íntima, sus hijos no deseados, incluso los médicos presionados, ignorados por la inclusión en su práctica clínica, solo parecen figurantes, extras teatrales, borrosos de escenas cuyos protagonistas recitan un guion lleno de consignas fabricadas en los partidos, donde los latidos  del corazón sectarista, entran en infarto humano, y aberración.

La situación va derivando a peor, y aún faltan cinco meses  para tres citas electorales a cara de perro, en tanto el pueblo español asiste entre el asombro y el bochorno a una polémica visceral sobre el aborto, una guerra de comunicados, noticias falsas, desinformación y espectáculos,  bien lejos del panorama del resto de la Unión Europea, donde la existencia de un Podemos al estilo español, es imposible, más la vergüenza de los chantajes del separatismo que Gobierna al país.

El feminismo podemita está hundiendo a la democracia, abriendo trincheras en la sociedad y dinamitando a las  familias, demonizado  al  varón, un ser con pene de dos piernas. No sé si es odio que se masca, rencor acumulado o violencia ideológica que está llegando desde que Pablo Iglesias se dio por abrazar tiernamente a Pedro Sánchez en la Moncloa, que ha sido fortín de la democracia española.

La mirada de los diputados, diputadas y diputades en el Parlamento y en la calle presagia un golpe  electoral, no sé si va a pucherazo, atado y bien atados los tres poderes, o se trata de un asalto al Estado o a las instituciones, como marcan los «trues» filipinos fabricantes de tormentas.

Hoy la noticia propagada con entusiasmo populista es que a unas cincuenta mujeres le colocaran pulseras telemáticas para evitar ser asesinadas por los criminales sexuales. Digo que bien, pero también a miles de hombres y mujeres solitarias que se mueren lentamente en un puto rincón, sin que la mano femenina protectora en el Ministerio de Igualdad, aprenda que la justicia no tiene sexo.

EPÍLOGO.- MÁS  DE DOS AÑOS  después de su aprobación y con un buen número de modificaciones normativas a sus espaldas el INGRESO MÍNIMO VITAL –IMV– sigue enredado en una maraña burocrática que estrangula su llegada a las familias más necesitados de nuestro país.

El autobús que recorre España, repartiendo limosnas, para proporcionar dicho ingreso recala hoy en la región murciana. Los kilómetros se acumulan en las ruedas de un vehículo lento que anuncia lo que no se materializa, ocho de cada diez peticiones son rechazadas tras pasar por un embudo en el que se atascan 100.000 solicitudes sin cursar, mientras los aspirantes hacen cola, sin que el Gobierno aborte una violencia social.

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