Sin posibilidad de volver a la academia después de fracasar en tres concursos para retomar su carrera como profesor, el exdirigente de Podemos y exvicepresidente segundo del gobierno español, Pablo Iglesias, apuesta al adoctrinamiento a Latinoamérica con una versión en YouTube de su Canal Red. Desde la plataforma compartirá contenido dirigido a audiencias de Argentina, Uruguay, Perú, Chile y México.

El canal de Iglesias en la plataforma de streaming para la región ya comenzó a operar, con la intención de acabar con el “bloque de poder mediático de la derecha” e impulsar las ideas izquierdistas de la tolda morada.

El primer contenido dirigido a Latinoamérica lanzado el 24 de abril acumula 3500 suscriptores. Sin embargo, el plan de Iglesias es replicar en este espacio los programas hechos para la versión de España con la ayuda de Juan Carlos Monedero, fundador de Podemos, quien ejerce como director editorial del medio, sumado al respaldo de Dina Bousselham, su exasistente en el Parlamento europeo que dirigió la web de noticias La Última Hora considerado el “órgano de propaganda” de la organización comunista.

Un nicho atractivo
Latinoamérica es un nicho atractivo para Iglesias. No puede negarlo, cuando la campaña de recaudación de fondos para cubrir los costos de producción del canal que mantiene en Goteo argumenta que “Canal Red será un espacio combativo para defender derechos y libertades.

Lo queremos en España, por supuesto, pero no queremos quedarnos solo aquí. Ahí afuera hay miles de compañeras y compañeros que desde Latinoamérica siempre nos han mostrado su apoyo. Y ahora que los aires de cambio llegan al continente, queremos reforzar lazos, que nos sientan a su lado. Canal Red tiene la obligación de ser un canal global”.

 Con ese mensaje, acumulan 400 mil euros para financiar el medio que “nace con la clara idea de ser un proyecto independiente que añada un nuevo medio al panorama de información y opinión de izquierdas”.

Sin embargo, la migración del ex líder de Podemos a los canales digitales representa “la confirmación de la derrota formal de Iglesias en términos de que no tiene espacio en la política formal y en los medios de comunicación tradicionales.

Recurrió a un mecanismo moderno, pero también limitado. Esto obviamente le entrega una libertad y una flexibilidad de acción que es gigantesca, pero tiene serios problemas de difusión, por cuanto todavía son medios altamente estratificados en términos de edad y de ámbito político” pronostica Fernando Wilson, académico de la facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez.

Chile como punta de lanza
Chile es epicentro del canal de Iglesias, quien según el medio tendrá como socio a Marcos Ortíz, columnista de Interferencia y fundador de Ojo del Medio. Sin embargo, la lista de aliados,  revela que “el medio cuenta con una red de colaboradores en Hispanoamérica y 18 trabajadores en Madrid”.

Con Ortíz hay afinidad ideológica. Iglesias reconoce que su trabajo es “muy similar” al suyo, incluso, destaca que utiliza sus análisis para preparar sus intervenciones. Eso explica los tres capítulos sobre la nación austral disponibles en menos de un mes de la señal en YouTube.

La preferencia por Chile no es sorpresa. Iglesias tiene dos arribos a la nación en el año de gobierno del presidente, Gabriel Boric. En ambas visitas vociferó la necesidad estatizar a los medios, otorgándole al Estado un tercio de estos, otro tercio a los sindicatos, organizaciones de la sociedad civil y otro tercio a «los millonarios de siempre».

Boric e Iglesias parecen coincidir en ello. El mandatario pactó con las universidades de Chile, La Serena y La Frontera, una mesa de trabajo para elaborar un diagnóstico del sistema de medios actual que le permita consolidar sus políticas públicas para el sector y con Iglesias pactó “expandir las fuerzas izquierdistas”. 

Exprimiendo a militantes
Para Iglesias extender su voz a través de su canal fuera de Madrid, la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales de España, Ione Belarra, apela a los militantes de Podemos para recaudar más dinero.

A través de una carta les consultó: “¿Es posible una televisión de izquierdas en España? Depende de ti” tras indicar que necesitan la fuerza de sus suscriptores “para cambiar la realidad y que el poder mediático no debilite las revoluciones sociales”.

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