La Guardia Civil ha denunciado públicamente la maniobra emprendida por la presidenta del Congreso de los Diputados para librar a Alberto Rodríguez, el pateador podemita de policías, de tener que cumplir la condena del Tribunal Supremo y verse obligado, por tanto a dejar su escaño.

Para Jucil, agrupación profesional de la Guardia Civil, lo que está haciendo Meritxell Batet es lanzar un mensaje claro de que agredir a los agentes encargados de hacer cumplir la ley y el orden tiene premio.

Es más, que se permita al parlamentario de Unidas Podemos seguir blandiendo su acta de parlamentario en el hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo deja desprotegidos tanto a policías como a los miembros del Instituto Armado.

MESA DEL CONGRESO
Lo cierto es que a Batet, es decir al PSOE, le han puesto este espinoso asunto de evitar enseñarle la puerta de salida a Alberto Rodríguez como se las ponían a Fernando VII.

Por lo pronto los letrados del Congreso de los Diputados han comprado las tesis del diputado podemita y consideran que no cabe retirarle el escaño.

Según el criterio de los servicios jurídicos de la Cámara Baja, el pago de la sanción sustituye a la pena de prisión por lo que el político morado debe seguir siendo diputado, pese a haber sido condenado por agredir a un agente de la autoridad en una manifestación en San Cristóbal de La Laguna (Tenerife) en el año 2013.

A los socialistas este regalo de los expertos jurídicos del Congreso les ha venido como caído del cielo ya que no tenían intención de ponerse a malas con Unidas Podemos.

Tanto es así que en la Mesa del Congreso se va a dar luz verde a la continuidad de Alberto Rodríguez como diputado.

Y es que conviene recordar que PSOE y Unidas Podemos controlan seis de los nueve puestos de este órgano parlamentario. Así que más claro, agua.