Escribía Edmundo BURKE que lo único que se necesita para que el político medre es que los hombres buenos no hagan nada, no muevan ni un dedo… La sentencia, la frase, se puede modificar si sustituimos político por la máquina destructiva de unas televisiones pecatas, a veces con una falta de deontología suficiente que dé credibilidad.

Nos manipulan en el resbaladizo terreno de los informativos y en el ring de los golpes bajo de las tertulias, salvo algunas excepciones que confirman las reglas del juego limpio en una España de dos bandos como escribe nuestra joven colaboradora literaria, María José Hernández, en su análisis colgado ayer en este digital sobre temas que hieren la piel de un pueblo dividido, harto, atosigado por el miedo que nos inmoviliza en nuestros hogares, a veces un bunker penetrable ante el diluvio de noticias amargas sobre un virus que parará cuando se canse.

Hemos seguido durante esta última semana la estela sobredimensionada de siete cadenas nacionales y la regional, y sentido el castigo de horas interminables, hasta el agotamiento, pero no solo de la patología fatal, sino de noticias retorcidas, feroces, sexo, violencia, okupas y hasta de un caso de un inquilino desmemoriado que en la prensa de papel o digital no cabría ni una sola línea.

La Sexta, posiblemente buscando audiencia a alto precio, hasta dos horas largas machacando, poniendo al rojo vivo a millones de ciudadanos atrincherados, cuando necesitamos piedad, claridad, paz y vida humana. El reflejo de la realidad no supone brutalidad, instrumentalización y abuso de poder que llegan en todos los horarios del largo día, sin respetar la inocencia de millones de menores y pequeños que ya en sus colegios reciben la suficiente dosis.

Sí, nos sentimos negacionistas de televisiones que no nos dan cuartel, ni tregua, ni descanso sicológico que terminan en enfermedades mentales y hasta en suicidios en alza. En esta crisis de acoso hay otros profesionales como los de TVE en los fines de semana, que dan un ejemplo de la medida, y a veces Vicente Vallés en ANTENA 3, en su espacio informativo de la noche.

Se nos ocurre que ante tantos excesos sería conveniente celebrar un DIA SIN TELEVISION, masivo y silencioso, apagando el mando de la protesta. Si no pueden negar las malas noticias que inventen otras que las distingan en el espacio y el entretenimiento, ya son dos largos años de golpearnos sin resistirnos, desde las tribunas políticas que ordenan y mandan, más el poder económico que deteriora las sociedades, democráticas o no.

EPILOGO. MAS DE 1.400 MURCIANOS dependientes MURIERON EL AÑO PASADO en lista de espera. Una persona falleció cada ONCE MINUTOS en España ATRAPADA EN LA burocracia de la LEY. Noticias de primera plana, bien, pero ni una línea de comentario condenando tal calamidad. Nos achantan, sin embargo el silencio es total. No nos regalan la protesta. Ni aparece en las tv.

Déficit democrático, como en la subida de precios, solo encuentran culpables en las eléctricas, se olvidan de los vitales combustibles, gasoil, gasolina, butano etc. lo que mueve una nación o 46 millones de españolitos. Cuando la toxicidad, el veneno y la falsedad son la falsedad de las noticias, y cuando la plebe política se enfanga en esa agenda falsa, no es fácil extraer otra conclusión que no sea que algo muy serio, grave, se ha jodido en nuestras democracias. Es aberrante decir una cosa y sentir otra, una guerra sicológica sin sangre, mercenaria.

OTRO. Conocí muy de cerca a López Bravo, siendo ministro de Industria, y al algo menos de Asuntos Exteriores bajo cuyo mandato España y la Unión Soviética iniciaron sus relaciones diplomáticas y comerciales. Formaba parte del equipo de los llamados «tecnócratas» que se opusieron a la política del sector falangista.

López Bravo contribuyó al llamado PLAN DE ESTABILIZACION que elevó el nivel social de las clases media y trabajadora de la década del sesenta y parte del setenta. A la muerte del general Franco figuró en la terna para formar gobierno, reinando Juan Carlos, junto al democristiano Silva Muñoz, y Adolfo Suárez procedente del Movimiento Nacional ,sector reformista. Fue diputado en la transición. Falleció en accidente aéreo en circunstancias extrañas, en las proximidades de Bilbao.

Muchos años antes le acompañé, como miembro de su séquito, a un importante viaje al Sáhara y Mauritania, inmerso en un despliegue de la inteligencia española y francesa. Al regreso de todos los equipos de negocios, en dos aviones militares, uno de los aparatos se estrelló al aterrizar en Tenerife, con nueve muertos y doce heridos. En el otro viajábamos  parte de acompañantes en dirección a GANDO-LAS PALMAS. F

ue una tragedia, algunos de los fallecidos eran colegas de la televisión española, cuatro periodistas. Fue como un presagio del accidente mortal en Euskadi de un personaje discutido pero con gran talento y personalidad.

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